En todas las competiciones el final es lo más duro, pues al cansancio acumulado se le unen las ganas de terminar y esa pequeña comezón interior, llamada por algunos conciencia, que se pone tonta y nos recuerda que podríamos haber hecho más. Pero no es momento de lamentarse, sino de hacer ese último esfuerzo para alcanzar la meta; está a vuestro alcance, solo hay que mantener el ritmo sin desfallecer. En este caso vamos a contradecir a Cavafis (¿recordáis? el poeta que conmemoramos la semana pasada): ahora sí necesitamos llegar a una Ítaca, sí es importante la meta, además del camino, así que ¡a ello, que podéis!El premio es doble: el aprobado, claro, pero también es un premio importante la satisfacción por el deber cumplido.
Nos queda un examen: Resumen/esquema, comentario crítico, elementos de cohesión y semántica. ¡Suerte!
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