martes, 7 de febrero de 2012

EN EL BICENTENARIO DE CHARLES DICKENS


La tumba del escritor en la Abadía de Westminster

Yo también conocí a Dickens a través de La pequeña Dorrit. Tenía diez años cuando mi madre me compró el libro en casa Azucena, uno de aquellos comercios mixtos (todavía queda alguno),  que había en los pueblos, en los que lo mismo se compraba papel y sobres para cartas de avión que se cogían puntos a las medias. Lo leí de un tirón, mejor diría, lo lloré de un tirón, y quedé enganchada a Dickens hasta hoy.  Me gustan sus personajes, desde el pequeño Oliver Twist hasta  la señora Lirriper, a la que conocí hace poco,  y me gusta su Londres, con su río, sus muelles y su niebla; pero lo que más me gusta es la mirada que desliza sobre las personas, tierna y comprensiva con los desvalidos y dura como el pedernal con los mezquinos. Me atrevería a decir que los grandes escritores, desde Cervantes, tienen esta doble mirada, y Dickens es, por derecho propio, uno de los grandes.
Manuscrito de Cuento de navidad







La celebración de su bicentenario se está haciendo por todo lo alto, así que es muy fácil encontrar  su rastro en la red. Para simplificar tenéis aquí algunos sitios:


La web oficial del bicentenario (en inglés, of course)
El museo del escritor (también en inglés: sorry)
Dickens en el blog de Julita (en español...)

Si preferís leer en papel, la revista "La aventura de la Historia" ofrece este mes un especial dedicado al escritor.

Parece mucho, pero no son deberes, es placer y curiosidad: probad a navegar un poco por alguna de estas páginas. Pero, sobre todo, no os perdáis el enlace que sigue, un Artículo de opinión del escritor Benjamín Prado ,titulado Dickens sigue diciendo la verdad, en El País de hoy; es solo una página, incluyendo la ilustración, por lo que no os llevará mucho tiempo, y en él podréis ver cómo se relacionan hechos, conceptos, opiniones, y cómo un escritor de hace doscientos años mantiene su vigencia en la actualidad.

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